jueves, 27 de julio de 2017

EPA junio 2017: triunfalismo no justificado


El Gobierno Rajoy ha vuelto a echar las campanas al vuelo con la EPA de hoy, destacando que se han creado 375.000 empleos esta primavera y que el paro baja de los 4 millones, por primera vez desde 2009. Es verdad. Pero no dice que se ha creado menos empleo que en 2014 y 2015 ni que el 94 % del empleo creado es precario. Tampoco que seguimos con más del doble de paro que Europa, que el 55% de los parados no cobran nada y que más de la mitad llevan más de un año sin trabajar, la mayoría mayores sin formación. Y que el 93,4% de las empresas dicen que no necesitan ningún trabajador más: somos el país europeo con menos empleos vacantes. Así que menos triunfalismo de primavera y verano, por empleos que se perderán en otoño e invierno. Urge pactar un Plan de empleo urgente, para jóvenes, mujeres y mayores de 45 años y reanimar la economía en otoño, no hacer más recortes para 2018, como propone el Gobierno. Necesitamos más empleo y de más calidad.



                                                                                            enrique ortega

El segundo trimestre suele ser bueno para el empleo y más este año en que la Semana Santa cayó en abril. Por eso, entre abril y junio se han creado 375.000 empleos, según la EPA conocida hoy, muchos más de los 271.400 creados el segundo trimestre de 2016, aunque menos que en la primavera de 2015 (+411.800 empleos) y 2014 (+402.400). La mayoría de los empleos se han creado en los servicios (+ 272.400), seguidos de lejos por la industria (+ 65.700), la construcción (+52.100 empleos) y cayeron en el campo (-15.200). Se han creado más empleos para los hombres (+ 208.400) que para las mujeres (166.700), concentrándose los nuevos empleos entre los de 40 a 50 años (+127.000) y los que tienen entre 20 y 30 años (+ 101.800). Y el empleo ha mejorado en todas las autonomías, pero sobre todo en Cataluña (+72.600), Baleares (+ 65.000), Andalucía (+53.500) y Madrid (+45.500).

Se ha vuelto a crear empleo, tras la caída del primer trimestre (-69.800 empleos perdidos entre enero y marzo), pero el empleo creado sigue siendo muy precario: el 90,85% de todos los contratos hechos en 2017 (10,5 millones entre enero-junio) han sido temporales y sólo el 9,15% eran indefinidos. Y más de un tercio, el 34,8% de los contratos hechos son a tiempo parcial, por horas o días, frente a un 65,2% a tiempo completo, según los datos de Empleo. Y de estos contratos con jornada recortada, la cuarta parte son por menos de 7 días, según Asempleo. Donde más se utiliza el contrato a tiempo parcial es en la hostelería, la industria y actividades administrativas, concentrados más en las mujeres: el 43% de todas las que trabajan lo hacen con jornada recortada, frente al 33% los hombres, según el SEPE.

En definitiva, el empleo sigue la tónica de los últimos tres años: sólo un 6 % de los nuevos empleos son estables, fijos y con jornada completa. Y los 94% restantes son precarios, lo que los hace muy vulnerables y mal pagados. Así, un trabajador con contrato temporal gana dos tercios de lo que gana un trabajador fijo (16.422 euros brutos frente a 24.561 euros) y un empleado a tiempo parcial, por horas o días, gana casi un tercio que el trabajador a jornada completa (10.065 euros brutos frente a 27.039 euros), según la última Encuesta de estructura salarial del INE (datos 2015). Y recordemos que casi dos tercios de estos trabajadores a tiempo parcial (el 61,9%) trabajan menos horas “porque no encuentran otra cosa”, con lo que somos el 4º país europeo con más trabajo reducido “involuntario”, sólo por detrás de Grecia (72%), Chipre (69,3%) e Italia (64,3%) y muy alejados del porcentaje de subempleo forzado en Europa (27,7%), según Eurostat.

Gracias al empleo creado, aunque sea precario, ha bajado el paro en el segundo trimestre, en 340.700 personas, según la EPA de hoy, hasta los 3.914.300 parados, bajando así de los 4 millones por primera vez desde marzo de 2009. Con ello, la tasa de paro desciende al 17,22%, la más baja desde 2009, aunque seguimos con más del  doble de paro que Europa (7,8% en la UE-28 y 9,3% en la zona euro, en mayo), sólo superados por Grecia (22,5% de paro) y muy lejos del paro de Alemania (3,9%), Reino Unido (4,5%), Francia (9,6%) o Italia (11,3%), según Eurostat. Y lo peor es que el paro juvenil (menos 25 años), aunque ha bajado al 39,5% en España, casi triplica el europeo (16,9% en mayo UE-28).

El paro se concentra en las mujeres, que ya son más de la mitad de los desempleados, con una tasa de paro femenino del 19,04%, frente al 15,64% los hombres. Y también hay más paro entre los jóvenes menores de 25 años (39,5%) y entre los mayores de 50 años, (15,35%, el triple que en 2007), donde hay 985.400 españoles sin trabajo. Y el paro también se ceba más entre los inmigrantes, cuya tasa de paro (25,46 %) es superior a la de los españoles, según la EPA. Y todavía hay 1.277.600 hogares donde todos sus miembros están en paro y no trabaja nadie. Por autonomías, hay 5 regiones con una tasa de paro “insoportable”, superior al 22%: Melilla (30,22% de paro), Extremadura ( 25,76%), Andalucía (25,24%), Canarias (24,30%) y Castilla la Mancha (22,24), media España, que contrasta con el paro “casi europeo” de Navarra (10,55%), la Rioja (10,92%) y País Vasco (11,23%).

Pero quizás el dato más preocupante es que más de la mitad de los parados no cobran ninguna ayuda. Así, de los  3.914.300 españoles que se consideran parados (EPA segundo trimestre 2017), estén o no apuntados en las oficinas de empleo, hay 2.154.783 parados que no cobran ningún subsidio, el  55% de todos los parados EPA (al llegar Rajoy a la Moncloa, en diciembre de 2011, no cobraban el 44,5% de los parados EPA). Y de los 1.759.517 parados que sí cobran algo (mayo 2017), según el Ministerio de Empleo, sólo un tercio (639.511 parados) cobran un subsidio contributivo, de 804,60 euros al mes. Los dos tercios restantes (1.120.006 parados) sólo cobran un subsidio asistencial de 426 euros al mes. Estos datos preocupantes explican que casi la mitad de los parados (un 48,5%) estén hoy en situación de pobreza, según la estadística que acaba de publicar el INE. Y eso porque muchos parados no han cotizado suficiente o se les ha acabado el paro y otros no reúnen las condiciones para cobrar un subsidio asistencial, muy recortado desde 2012. Todo ello para “ahorrar” con los parados y rebajar así el déficit público: si en 2012 se gastaron 31.680 millones en los parados, en el Presupuesto 2017 se gastarán 18.318 millones.

Si más de la mitad de los parados no cobra nada tiene mucho que ver con que el paro se ha hecho “viejo”, que cada vez hay más “parados de larga duración” (que llevan más de 1 año en paro): eran ya  2. 135.600 parados a finales de junio de 2017, el 54,5 % del total, según la EPA de hoy. Y lo peor es que, de ellos, 1.593.000 llevan parados más de 2 años y casi 1,2 millones más de cuatro años, según un estudio de Fedea. Son una enorme bolsa de “parados crónicosque tienen muy difícil volver a trabajar algún día. Un tercio de estos parados de larga duración proceden de la construcción y dos tercios son mayores de 55 años, más mujeres que hombres, concentrados sobre todo en Andalucía, Canarias, Ceuta, Melilla, Castilla la Mancha y Extremadura. Y tienen un problema adicional para colocarse, su poca formación: el 63% de estos parados de larga duración sólo tienen la ESO o incluso menos.

Ahora se espera que el empleo vuelva a subir este verano, con el récord de turistas extranjeros y nacionales, aunque muchos españoles perderán su empleo temporal en septiembre, por el final del trimestre y la temporada turística, como ya pasó el 30 de junio: ese día se perdieron 257.014 empleos de golpe, según los datos de la Seguridad Social, a finalizar otros tantos empleos temporales. Es el riesgo de hacer “triunfalismo político” con las cifras de empleo: que igual que suben, bajan. Y además, a medida que haya más actividad y empleo, podría aumentar el paro, porque habrá jóvenes, mujeres y mayores que “se animen” a buscar trabajo y se apunten en las oficinas de empleo. El Banco Central Europeo (BCE) acaba de advertir que la tasa de paro en España (y en Europa) es el casi doble de la que creemos, porque si los trabajadores subempleados (que trabajan a media jornada) buscaran trabajar a jornada completa, el paro real sería del 30% (y el 15% en la UE).

Así que se crea empleo, pero muy inestable y todavía insuficiente para hacer frente a los casi 4 millones de parados y a los 2,8 millones de asalariados que trabajan a tiempo parcial y quieren trabajar a jornada completa. El problema es que las empresas crean empleo, pero poco, porque la mayoría dicen que no tienen empleos vacantes: el 93,4% de las empresas aseguran que no necesitan ningún trabajador más, según la última Encuesta de costes salariales del INE (primer trimestre 2017). Y se da el caso de que España, el segundo país con más paro de Europa, es también el país europeo con menos empleos vacantes: sólo hay un 0,8%, frente al 1,9% de media en la UE, según Eurostat. Y eso se debe a que las empresas evitan en lo posible aumentar plantillas, aumentando las horas extras de sus trabajadores actuales (5,8 millones a la semana, el 51,4% sin pagarlas), lo que se traduce en 156.300 nuevos empleos que no se crean cada año. Y aunque las empresas españolas llevan tres años con un fuerte aumento de beneficios, no aumenta tanto su inversión y cuando la hacen es más en renovar equipos e instalaciones que en nuevo personal.

Así que el empleo sigue siendo la asignatura pendiente de España, por mucho que se haga “triunfalismo político” con los 500.000 empleos precarios que se crean al año. Hace falta crear más empleo y de más calidad. Y eso pasa por aprobar de una vez por todas un Plan de choque contra el paro, centrado en los jóvenes, las mujeres y los mayores de 45 años, los que más necesitan hoy un empleo. Eso exige dedicar más recursos a políticas activas de empleo (al menos 4.000 millones más al año, para situarnos en niveles de gasto europeos), para incentivar la contratación de jóvenes y parados de larga duración, ayudándoles con programas de formación eficaces (sólo el 7,4% de los parados hacen cursos) y con una reforma a fondo de las oficinas de empleo (SEPE), que no ayudan a los parados a encontrar empleo (sólo al 1,8%), porque el 91,3% no reciben orientación personalizada. Y en paralelo, conseguir que al menos 1 millón más de parados cobre algún subsidio (recordemos: 2,15 millones de parados EPA no cobran nada), con más gasto (costaría 5.000 millones al año) en vez de bajar el déficit público a costa de los parados.

Pero junto a este Plan de choque, España debe reanimar la economía, junto a Europa (que no acaba de despegar), para crecer más y crear más empleo. Sobre todo ahora que se auguran problemas a medio plazo, que frenarán el crecimiento: subida de los tipos de interés en Europa (a finales de año o en 2018), subida récord del euro (un +8,6% desde la llegada de Trump, lo que encarece nuestras exportaciones y el turismo, los dos motores del crecimiento español) y posible encarecimiento del petróleo este invierno, con subida ya vista de la inflación (que ha estado varios años negativa), lo que reducirá el consumo, el otro motor del crecimiento estos tres últimos años. Y luego están los efectos negativos del Brexit y del proteccionismo y las “locuras” de Trump.

Todo ello debería llevar al Gobierno y a la oposición a aprobar un Presupuesto 2018 “más alegre”, sin nuevos recortes como se ha hecho ya con el techo de gasto 2018 aprobado en julio. Porque más importante que rebajar el déficit público en 2018 a un innecesario 2,2% del PIB (el techo de Bruselas es el 3%) sería bajar el paro del 14%. Y eso exige que el Estado “tire” de la economía, gastando más en infraestructuras, tecnología, industria, educación, sanidad y servicios sociales. Se debe y se puede gastar 30.000 millones más, sobre todo si España recauda como hace Europa (recaudamos el 37,5% del PIB frente al 46,1% la zona euro), lo que exige no bajar impuestos (como prometen de forma irresponsable Rajoy y Ciudadanos) sino reducir el fraude fiscal y conseguir que paguen más impuestos los que pagan poco, en especial grandes empresas, multinacionales y los más ricos.

Así que dejen de hacer “triunfalismo” con las cifras de empleo, porque tenemos un paro que abochorna y un empleo de baja calidad, por lo que sigue siendo el problema que más preocupa a los españoles. Así que afróntenlo de una vez, con medidas de choque eficaces. Millones de parados y subempleados lo están esperando.

 

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